No des
explicaciones, que piensen
lo que quieran
Un día te descubres a ti misma ignorando las palabras de los
demás. Las palabras que normalmente te hubieran enfurecido, hoy te "resbalan".
Sonríes y te preguntas ¿Por qué?
Cuando vislumbraba un leve atisbo de desprecio, cuando
comenzaba a adivinar que alguien iba intentar menospreciarme me preparaba para
atacar cual depredador sobre su presa y, a mi forma de ver, todo aquel que no
se defendía de forma feroz de toda crítica era de temperamento débil y escaso
amor propio; era incapaz de ver algo sano en esa indiferencia, porque era eso,
indiferencia, no temor ni debilidad.
Quizás sean secuelas de una infancia algo complicada, pero
no soportaba que nadie me atacase, pero hoy, cuando me disponía a abrir la boca
para atacar me he dado cuenta de que no me salía, de que no había rabia en mí,
de que no me importaba.
No me importa si los demás piensan que llevo una existencia
mediocre, que me entretengo en cosas muy raras, que "para qué hago
eso". Me da igual si creen que soy una histérica, una insoportable, que
voy de sabihonda, que soy arrogante, prepotente, que me creo una mujer y sólo
soy una niñata.
Me resbala que opinen que soy antisocial, que "dónde
pienso que voy a llegar así", que no sé como se deben hacer las cosas, que
"ya aprenderé, ya", que soy una basta, caótica, desastre y
desordenada.
Me río cuando creen que me pongo escote para que me miren,
que si me visto sexy es para provocar, que no tengo una relación seria porque
no estoy capacitada para ello, que seguro que es porque soy un poco fresca, me
río y no con rabia ni ironía, me río porque realmente es muy gracioso, me río
porque ya no necesito justificarme ni dar explicaciones.
Me río porque cada vez me importa menos lo que piensen los
demás de mí, y cuando digo "los demás" no me refiero sólo a todos
esos desconocidos con los que me cruzo a diario, sino también a esa gente que
está a mi alrededor y pretende decirme como tengo que ser y que debo hacer. Es
muy divertido que te intente enseñar quien menos sabe.
Es gracioso porque no entienden mis aspiraciones y eso tiene
que significar que algo no anda bien en mi cabeza. Antes intentaba explicarlo,
me exasperaba profundamente que no entendieran algo que para mí era de cajón,
pero ahora me limito a asentir con la cabeza y sonreír cuando intentan
aconsejarme "que es lo mejor para mí".
Cuando más te ofende lo que los demás piensen es cuando
menos te conoces, porque cuando no sabes quien eres, buscas que los demás te lo
digan, porque uno no puede vivir sin saber quien es.
Y luchas porque los demás te digan lo que quieres oir, lo
piensen o no, sin embargo, cuando ya sabes bien como eres, esos
"espejos" se hacen prescindibles, ya no haces caso, ya no necesitas
romperlos ni gritar ante ellos... Cuando no te avergüenzas de ser quien eres,
no necesitas que los demás te alaben.
Cuando dudas de ti, no quieres que los demás digan algo
negativo como una especie de superstición, como si sólo porque lo digan, vas a
convertirte en eso.
Obviamente, también existen personas que se ofenden porque
tienen un ego muy grande, y personas que nos pueden herir porque nos importan
como personas y nos importa su opinión, pero eso ya, forma parte de otra
historia
Gracias http://rinconrevuelto.blogspot.mx/
No hay comentarios:
Publicar un comentario